CAÑONERO POR UN DIA, EN EL CAUCA DE HIDROITUANGO.
juliocallereal@gmail.com Dic 28 de 2013.
Ezequiel Barbarán es un hombre
que “vive en su tribu Nutabe” como le
dice él, a Sabanalarga, noroccidente de Antioquia, amante de sus mulas, de su
cafetal en el antiguo resguardo indígena de San Pedro y furibundo amante de los
paseos.
El mismo día que le conté querer
conocer “el cañón del Cauca y el poblado
de Barbacoas”, al otro lado en jurisdicción de Peque, me paró la caña, y
contestó: “yo también he querido volver
mientras sea capaz, pero si queremos regresar el mismo día, hay que ir en
mula”.
El camino es de unos 16
kilómetros y 8, son tallados en la roca
sobre la ladera del ramal occidental de los Andes, margen izquierda hacia abajo,
hacia donde están construyendo la represa Hidroituango que inundará esta zona
de vida antioqueña, “seca tropical”.
A los 2 kilómetros empiezan los
aprendizajes, el calor extremo por encima de 42°C angustia el cuerpo, en el
angosto camino con abismo hacia la cuenca del Río San Pedro, sólo cabe una mula cargada, además con su malgenio
cuando van o vienen así, no paran,
llevándose por delante todo lo que se atraviese,
mientras que los peregrinos que vamos caminando, o en mulas, nos tenemos que devolver
cuadras, pagando barrancas o campitos a millón de pesos para treparnos con
nuestra fémina por la primera barranca, de lo contrario a éste abismo o al del Cauca
más adelante vamos a parar los tres, el bruto y las mulas.
“El arriero que lleva la mula cargada lleva la vía, pero si la lleva
controlada, de lo contrario paga su cuota en mulas a esta trocha, porque a
veces se nos adelantan”, nos contó Pedro Moreno quien lleva aún cerveza
y gaseosas retornables en vidrio, empacadas en costales de cabuya, como 100
años atrás en el país paisa, hasta Barbacoas y la Muñeca, río abajo llegando a
Pescadero de Ituango.
El puente sobre el espectacular Rio
Cauca, con unos 150 metros de largo y una altura igual, es colgante y de tablas
casi podridas, se mueve como una hamaca y es recomendable bajarse y pasar la
mula de cabestro; por si el animal se asusta al va y ven, o el viento apremia,
o una tabla se revienta al paso y el animal para sacar la pata o recobrar el
equilibrio puede lanzarte por los aires y no es en el puente precisamente donde
caes. “Muchas vidas ha cobrado este
puente y este camino” dice Pedro.
Más abajo, al lado del camino y a
la orilla del Río Cauca, cientos de jóvenes de ambos sexos y hasta familias
enteras, escarban con frenesí los taludes y la orilla del río buscando oro, con
aguas a presión y poniendo en peligro el camino nuevamente, “parecen como arrasando lo que
ha de inundar la represa”.
Al llegar a Barbacoas, una
algarabía de aves cañoneras con sonido fuerte y extraño, y su vuelo de gran
envergadura nos dieron una asustadora bienvenida al lanzarse en nuestra
dirección. No pudimos identificarlas al
momento en semejante cantidad en ese momento, se vinieron hacia nosotros en
vuelo desde un gran talud donde tienen sus nidos en huecos, y como siempre la
cámara no apareció para capturar el momento más espectacular, “antes de morirnos”. Al sobrepasarnos y
no atacar, eran una bandada de aproximadamente 100 guacamayas que nos dio la bienvenida,
la emoción me hizo pensar: ¿Dónde irán a anidar, cuando la represa lo cubra
todo?
Recomendado: Crónicas de un inminente etnocidio en el
cañón del río Cauca. Por Jorge
Eliecer David Higuita. El Espectador. Google.
Tráfico
en el camino hacia Barbacoas.
Camino a
Barbacoas tallado en la roca del cauce del río Cauca.
En mula hacia
Barbacoas.
Extracción artesanal de oro por familia minera.
Cañón del
rio Cauca en Barbacoas. Futura zona de
inundación de Hidroituango.